30 de septiembre de 2010

Todo el Invierno por Delante.

No puedo contener poner esa mueca cuando me trago el primer trozo de kiwi. Está tan ácido que la lengua se extiende de una manera que me obliga a toser. Tengo un pequeño hormigueo en el paladar, tan irritable, tan molesto, que tengo que introducir el dedo pulgar para calmar el picor. Y Vuelvo a comer Kiwi. Ese réprobo kiwi que hace que ponga esa mueca, que hace que arrugue la naríz. Y entonces, empiezo a recordar el día de ayer. Miércoles, el día que Aitor se fué a Orlando. Todos estábamos allí : Sam, Cris, Ann, Justin, Aitor y yo. En frente de una vieja furgoneta del padre, donde olía raro, un olor tan repugnante que a Sam casi le entran arcadas. Cris estaba totalmente neutral, indiferente a todo lo que los rodeaba. El aspecto de Cris era tan siniestro, tan apagado que el silencio tan dulce que los redeaba, se hizo amargo, tan amargo como ese estúpido kiwi.
-Volverás, dime que volverás Aitor.-El dolor rodeaba el aire. Todo estaba tan neutro, que Sam se acomodó con Justin.
-Sabes, ¿Sabes por qué volveré?.
-¿Por qué Volverás?
-Por que te quiero, y la distancia no va a cambiar eso.- Él agarró su cara con ternura y empezó a besarla repetidamente por su mejilla.
-Y, ¿Sabes porqué te esperaré?
-Dímelo, Cris.
-Por que te quiero, y la distancia ni va a cambiar eso.-Ambos se rodearon con los brazos, como si separarse, o moverse suponiera el adiós persistente.
-Déjame ir contigo, por favor, por favor, por favor...-Ella bajaba cada vez más y más la voz, susurrándole con la mirada, suplicándole con los besos.
-Tienes que quedarte y acabar tus estudios. Volveré, ¿De acuerdo? Te juro que volveré. Y, ¿Sabes por qué?.
-Por que la distancia no podrá con esto...- Dijeron a la vez, tan suave y bajito que hacía que el viento fueran moscas murmullantes, que se introducían por las orejas, y te dejaban ese orible sonido en el cerebro. ''Porque esto es para siempre, y siempre y siempre... ''. Se repetían el uno a otro entre lágrimas, lágrimas de dolor, y rencor hacía la fría despedida.
-Oye que ...
-No, No lo digas Aitor, No digas que te tienes que ir por favor, no lo digas.- Ella lloraba sin detenerse, tanto que su cara empezó a ponerse rojiza.
-No es un adiós. Es Un hasta pronto.-El se separa de ella entre empujones, ya que ella no lo dejaba marchar. Entre Justin y el padre de Aitor la agarraron para que Aitor pudiera subir al coche. Ella solo gritaba, y maldecía nuestras vidas. El padre se subió a la furgoneta, y nos dejó a Cris totalmente destrozada, indiferente. Ella empezó a correr tras el coche, gritando que no podía hacerle eso, que ella no se lo merecía. Justin fué tras ella, consigió atraparla, y calmarla un poco.
-Oye Cris que él...
-No pasa nada, estoy bien, de verdad- Dijo secándose la cara, y sonriendo como si fuera el primer día de clase, y hubiera parado de llorar al ver que la madre se había ido. Impresionante.
-Bueno, Vamos a tomar algo, ¿No?.- Dijo. Sonreía, pero sus ojos guardaban tantas lágrimas que permanecieron colorados durante toda la tarde. Cris, era fuerte, o eso quería parecer. Fué un día duro para todos, pero nadie podía calmar el dolor de Cris, nadie podía cubrir ese vacío que solo se puede llenar a base de besos, nadíe podia entenderla. Solo Aitor podía salvarla de aquel duro invierno, de aquel duro invierno que tendría que soportar, sola.

28 de septiembre de 2010

Su Huella Sobre mí, Para Siempre.

  No creo en el silencio  absoluto. Y es, que nadie nunca lo ha podido demostrar. Nadie. Ninguna persona ha sido capaz de estar totalmente en silencio durante un segundo ecuánime. Nadie. No, yo tanpoco he podido sentir el silencio absoluto, pero casi lo pude rozar. Casi lo tenía al roze de mis dedos, cuando ¡Plof!, desapareció dando a lugar a la estridencia. El silencio absoluto no existe, al igual que el amor verdadero tampoco.
  El señor vuelve de llevar a la señorita del hospital. Vuelve solo. Parece roto, apagado, más triste de lo que estaba acostumbrada a verle. Me acerco sin hacer ruido, pero el chasquido que producen sus zapatos contra el parqué, me pone tan nerviosa que tengo que hacer un signo de exasperación con la cabeza. Me siento a su lado, e intento buscarle con la mirada. Sus ojos estaban tan oscuros, tan apagados, que ni parecían tan perfectos como los conocía. Su mirada perdida, sus labios entre-abiertos, él totalmente inclinado hacia adelande, con las palmas reunidas, negando con la cabeza.
-Te ocurré algo, Rodrigo, es decir yo ...
-Llámame Rosse, por favor. Y es que Laura me ha dejado. No soy el padre que quiere y ...- Rompió a llorar. Alguna otra persona lo habría abrazado, consolado como es cometido, pero solo puedo fijarme en esos labios rojos, tan rojos que mis pupilas empezaban a agrandarse. Su boca entreabierta, y sus ojos abiertos, tan abiertos que cuando las lágrimas le impedían ver, hacía un parpadeo demasiado largo para considerarse como tal. Le acaricio el lóbulo de la oreja, y bajo hasa su cuello. No me mira, está demasiado ocupado mirando el reflejo de su aspecto en la televisión retro, su aspecto morado por la cólera que sufre, su aspecto desfigurado por la rabia. Tan perfecta, que parecía irreal.
-Remember yo ...
-No digas nada.- Con el dedo índice y el dedo corazón, le cubro los labios, ya cerrados completamente. El me besa los labios con ternura. Se levanta, y me cubre la cintura con sus brazos. Recubre su cabeza entre mi pelo, y mi cuello. que, por cierto parece romperse a la alta presión con su naríz respingona. Necesito respirar, siento tanta presión en la tripa, que me está afixiando. Un grito mudo hace que Rosse se separe de mí, produciendo alivio, pero a la vez mucha rabia. Quiero tenerlo de nuevo entre mi pescuezo, con su naríz respingona deteniendo mi respiración.
-No sé si deberíamos ...
-Mentir e inventar son cosas diferentes. Bésame Remember.
-¿Cómo?.- Me interrumpe con un beso que hace que tenga que tragar saliva tres o cuatro veces. El asiente la cebeza, y yo también. Ambos vamos a su habitación, con una sonrisa, me posa suavemente subre la colcha fría, tan fría que hace que me estremezca. Pero enseguida está sobre mí, transportando su calor sobre el mío, sus besos tan suaves, tan profundos se funden lentamente, pero demasiado rápido, sus besos se funden tan rápido que me gustaría que se quedara su huella sobre siempre, para poder saborearlo, para poder sentir ese calor una, y otra, y otra vez...

27 de septiembre de 2010

El Chico de Mirada Chispeante.


El cielo está oscuro, muy oscuro. ¿Nunca habéis tenido miedo a que le cielo se derrumbe? O, ¿Simplemente sentir ese dolor?. Hoy siento ese dolor. Ese dolor huidizo que se converge en mi recóndito. El cielo está oscuro. El templor de la habitación turquesa hace que el ventanal se envuelba en una dulce y fina capa de vaho. Repasé con las yemas de los dedos aquel pequeño hálito. Un cosquilleo en los dedos por aquel helado cristal totalmente empañado. Me rozé la cara con esas pequeñas láminas de hielo en mis dedos, que ya estaban color morado. El cielo está oscuro, y estoy sola. El Señor, (Como llamaré a partir de ahora a Rosse) Llevó a la Señora (adivinad quién es la señora) Al hospital para una revisión. Y hoy me pongo a pensar, ¿Cómo estuve a punto de enamorarme de mi hermanastro?. Sí, sí. Como oís. Ese Rodrigo, mi hermanastro, hermano de Violette, hijo de Priscila, Hijastro de mi papá, es ni más ni menos, que mi hermanastro. Y, El cielo acosa con seguir oscuro toda la noche. Acaricio con exasperación la sudadera de DisneyLand, como si eso originara de nuevo a mi familia, que desde aquella lobreguez saliera la que entonces era mi familia. Que de toda esa oscuridad interminable, brotara la sonrisa de Nicolás, o de Violette. Una lágrima helada, tan helada como el cristal que primeramente deploré en mis dedos. Una única lágrima, la más helada de aquel oscuro invierno, que acechaba entre la lóbrega. Un Extraño 'rintintín' sonó desde la planta baja. Me puse la bata, y me limpié aquella aislada lágrima. Miré por la abertura, pero la reprimida lluvia solo me dejaba divisar una figura alta, vigorosa, y unos ojos chispeantes a pesar de toda la neblura. Decidí abrir, aguantando fuerte el pomo, por si tenía que cerrar forzosamente. Entonces ahí estaba él, mojado, totalmente tenue, ágil. Con un pequeño ramo de tulipanes rojos, pese a la lluvia, tenía una sola gota brillante en el pétalo más rojizo.
-Una gota por cada lágrima. Perdóname Remember.
-Entra, estás empapado, Jhon.-Le ofrezco un batón azul celeste de El Señor, y se introduce en el baño en silencio. Mienras entra, y se cambia, llevo lus 3 tulipanes a remojar. Al ver que tarda demasiado, decido ir a ver. Despacio, me acerco al pomo, lo despego, y lo retiro hacia la derecha. Puedo examinar un cuerpo semidesnudo, perfectamente elaborado. Tan pálido, que se camuflaba en las paredes del baño. Una oleada de fuerte viento hace que me resalte totalmente, me gire, y ver que una ventana a causa de la fuerte lluvia, se ha caido. Se ha caido provocando un horrible sonido de arañazos. Voy corriendo, dejando el pomo en el suelo. Jhon corre, y me ayuda  a recoger. Tras estar totalmente mojados, nos miramos fijamente, pisando el frío suelo, totalmente colmado de cristales, lluvía salada, y muchas ganas de compartir abrazos. Él me mira, me coje de la mano, y lentamente me acerca hacía su boca, siento su boca sobre mi oreja, acariciando mientras susurra:
-No seas cotilla, que al final, te llevarás sopresas que no quieres ver.-Fríamente se aleja, dejándome arrodillada sobre los cristales rotos, y lluvía desolada. Antes de irse, Jhon me entrega el pomo de la puerta, más reluciente aún. Se ha ido, dejando la bata, mi desconcierto, por toda el pasillo. Y, sí, se fué con la misma ropa empapada, y esos ojos chispeantes que me hacían estremecer. Y, ahora Jhon, vuelve a ser el protagonista de mi libreta, y de mi cabeza, nuevamente.

26 de septiembre de 2010

Carmín Rojo.


-¡Eh!, Que es un secreto...-
Y, me pregunto. ¿Qué es ciertamente un secreto?. Es algo que tienes que ocultar porque sí. O quizás no. Es algo que debes guardar. ¿Pero porqué?. ¡Por que es un secreto!. Según yo, ¿Hay alguién que sepa guardar un secreto eternamente?. ¡Pues claro que no!. Es más, ni tú mismo puedes guardar el secreto, ya que me lo has contado. Entonces, ya no es tan secreto, ¿Verdad?. Entonces, ¡Los secretos no son nada!. Siempre se acaban soltando, así porque sí ...
-Tranquilo, no diré nada.-Hize un gesto juntando el dedo pulgar con el índice, recorriendolo por mis labios con carmín rojo.
-Gracias Remember.- Rosse, eh, Rodrigo o ... ¡Cómo quiera que ÉL se llame! Se acaba de largar por la puerta con Laura. ¡Buf!. Estoy sola, completamente sola. ¿Qué debería hacer?. Me senté en el sofá tirándo las zapatillas turquesa hacía la tele. Entonces recordé a Cris, que debería estar hecha polvo. Cogí el iPhone y le dí una perdida. Me la devolvió, y entonces la llamé.
-Eh, Cris ven a casa, estoy sola y, tengo mucho chocolate.
-Voy para allá.-Colgó, y decidí vestirme con un pequeño vestido de tulipanes que me traje de casa. No tardó más de 5 minutos en llegar.
-Remember, estoy sola. Aitor no me llama, está demasiado liado con lo del viaje. Las chicas salen, y me dejan de  lado. ¡Solo te tengo a !.-Me abraza fuerte, como sí al abrazarme de mi boca saliera su amado.
-Eh, no estes mal. Podeis estar en contacto. Por favor entra y siéntate.- Se despegó de mí lentamente. Encojo los hombros, y tran un crujido, me siento mucho mejor. La miro, y sonríe.
-¡Venga, no debería soltarte todo esto a tí, lo siento!.
-Cuenta conmigo cuando quieras, Cris.- Pasar la tarde con Cris fué genial. No hablamos de chicos, solo de el peinado tan ridículo que se hizo Flor, una chica nueva del instituto. Había veces que se le apagaban los ojos, como si Aitor estuviera delante, pero solo ocurría uno, o dos segundos, luego volvía a sonreir. Me cuenta que, se conocieron cerca de una atracción de feria, que casi ni se hablaron. Luego, dos o tres meses después, se encontraron en el mismo lugar, pero ya sin la atracción. Es como se dice "feeling". ¿Qué es ciertamente un feeling?. Algunos lo dicen secamente como sentimiento común. Yo prefiero decir, que dos personas encuentran su otra mitad, encuentran a esa persona que les hace sonreír cada segundo. Y entonces recordé a Jhon. Tanto tiempo sin verle, sin tocarle, sin poder bersarlo como tanto nos gustaba. Mi labio inferior sobre su labio superior. Jugatear, abrazarnos, y mirarnos durante horas, que parecían segundos. ¿Qué es el amor a primera vista?. Un Feeling en común.

18 de septiembre de 2010

Como una más.

Adiós Rosse!, Nos vemos después del instituto.
-Pásalo genial.
-¡Gracias!.
Salgo corriendo del portal, como si el suelo quemara. Llego tarde, y necesito remontar mucho, ya que casi tengo que repetir. 3 meses sin asistir es demasiado. Veo como los ancianos de las calles se quejan de mis empujones, y disculpas sin sentido. He llegado a tiempo. Suspiro acelerada, cansada, aterrada. ¿Qué me encontraría después de 3 meses?. Miraba a ambos lados intentando que nadie se diera cuenta de que fuí el rollete de Jhon. Jhon, Jhon, ¿Cuántos días estuve esperando a que volvieras?. 3 meses. 3 meses, que fueron eternos. Bajo la cabeza con cuidado, y entro en la clase. Nadie se percata de . Incluso, la profesora, de que entro en la clase. Me siento, y bajo la capucha. Las clases pasaron indiferentes, rápidas. Me he llegado a preguntar, si algún día sería yo, yo la que hiciera daño a alguien. Pero, ¿Es eso lo que quiero? ¿O solo lo que necesito?. Quiero sentir lo que ocurre cuando haces daño a alguien. ¿Será porque yo soy la que siempre pierde?.
-¡Hola! Soy Samatha. llámame Sam.
-¿Eh?, Ah. Yo soy Remember. -No sé como, ni cuando, pero he acabado en el comedor, con Sam. Es una chica bastante guapa, rubia, de ojos celestes. Me sonríe, y me acaricia el pelo pelirrojo. Intenta conocerme, pero me afierro, como siempre.
-Eh, Bueno. ¿Quieres conocer a los demás? Son buenas personsas, ¡Están locos por conocer a la chica nueva!.
-Vale.- En cuestión de segundos, mi mesa solitaria, está cubierta por adolescentes sonrientes. ¡Remember quieren conocerte, sé feliz!. No puedo. ¡Te llamarán rarita!. No me importa. ¡Solo quieren conocerte, una oportunidad! Está bien.
-Bueno, pues yo soy Cristhal. Llámame Cris.- Me sonríe y me besa en la mejilla. Cris es castaña, con ojos verdes. Es muy alta, y bastante simpática.
- Yo Remember, encantada.
-Y, Yo soy Ann.- Ann, es morena, de ojos negros. Muy bajita. Y algo siniestra.
-Oh, Hola encantada Ann.-Sonrío y me aparto el pelo con el dedo meñique, enconjiendo los hombros.
-Y, Estos somos Aitor, y Justin. Encantados Remember.-Aitor está con Cris, y por lo que tengo entendido, se irá pronto a Orlando con su padre. Están afectados, y para no romper su número del grupo, han querido que fuera uno de ellos. Justin es pelirrojo, y está solo. Me llevo genial con él. Todos son simpátiquísimos, y están muy pendientes de mí. Tocan las tres, y hemos quedado para hacerle una despedida a Aitor el Miércoles, dentro de 3 días. Mañana compraríamos los regalos, los preparativos... Por una vez era una más, me sentía una más. Nos despedimos, y fuí a casa. Abrí con cuidado, y ví que Rosse no estaba en la cocina. Me acerqué despacio al salón, y ví que estaba dormido, tapado con una manta de lana hasta las rodillas. Me acerco, y le acomodo la manta. Tiene la boca abierta, de par en par. Me acerqué despacio en silencio y me acurruqué a su lado, sintiendo su calidez de sus brazos.
-Rod, salí de la ducha.
-¿Quien está en casa?.-Digo asustada.
-¡Pero quien eres!.-Una chica embarazada en toalla, me mira desconcertada. Rosse se despierta me mira y la mira a ella.
-¿Quien es ella, Rosse?.-Digo.
-Es mi novia.
-¿Rosse? ¡Qué dices Rodrigo!.-Dice ella.
-¡¿Rodrigo!?.-Expreso desconcertada.

14 de septiembre de 2010

32 Cafés, y Pastas de Frambuesa.

Un Piso de 23 plantas, tan alto que casi parecía acariciar el cielo. Alzaba el cuello hacía el último de todos los pisos. Nuestro piso. En mis gafas de aviador se reflejaban las nubes altas, blancas, totalmente esponjosas. En la derecha tenía la tableta de chocolate casi devorada, y en la izquierda la mochila casi a reventar. Dejé caer la mochila sobre el bordillo, y miré con ansia a Rosse.
-¿Cúal es?
-El último.
-Uao. Habrá ascensor, ¿Verdad?.
Jajaja!, anda vamos, que tenemos mucho que hacer.- Me cogió del hombro y me hizo arrimarme muchísimo a su barbilla. Acaricié su camisa turquesa, era preciosa. Llegamos hacia el ascensor, y cuando estaba apunto de tocar el "ven", Rosse me apartó la mano con cariño, e hizo un gesto negativo con la cabeza.
-Pero ¿Qué...?
-Confía en mí.- Me arrastró hacia una especie de porta-carga que llevaba hasta el último piso. Era bastante grande, y entonces miré de reojo a Rosse. Él solo me sonrió, sacudió la cabeza, y se metió ahí adentro. Me ofreció su mano, y yo le confié la mía. Estábamos oscuro, muy muy pegados, en cuclillas. Era muy incómodo pero sentir su respiración, su brazo agarrándome para que no cayera al vacío, hizo que sintiera una calidez, una sensación increíble. Con un gran resalto, llegamos.
-Divertido, ¿Eh?.
-Psé. Y, ¿Cuál es tu apartamento?.
-Eh, eh. Nuestro apartamento.-Me rozó la cara, la barbilla, hasta llegar hasta la pequeña cicatríz que tenía en la yugular. No hizo preguntas, y se lo agradecí.
-Espera que encuentre las llaves, y...-Mientras rebuscaba en su maleta diminuta, heché un vistazo al rellano. Todo blanco, limpio, ni una mota de polvo, o suciedad. Solo había tres puertas, y un pequeño geranio en una de ellas.
-¡Aquí estás!. Estaba apunto de jugar al Marco-Polo contigo, pequeña llavecita descontrolada.-Una sonrisita nerviosa, abrió lentamente la puerta con una melodía de tambores. Le dí una palmadita en la espalda, y abrió del todo la puerta. Mostré una cara de asombro, era enorme, tan enorme como su boca, sus ojos...
- Eh Erembre, te la enseño, ven acá.
- Oh, Gracias.- Me cogió la mano con ternura, y me quitó la mochila con una sonrisa. La sala de estar con un pequeño sofá blanco, y una alfombra persa que recobría casi todo el parqué. Una televisión retro, muy pequeña, pero tenía su encanto. Cuadros, cuadros, y más cuadros. La cocina, su habitación, el baño... Y Una puertecita turquesa con un Nombre : Rem.
-Eh, Lo siento, aún no me aprendí del todo tu nombre, y...
-¿Puedo...?
-Adelante.- Un pomo redondo plateado, acerqué la mano, y lo giré con alegría. Se habrió despacio, sin chasquido, sin ruido. Silencio. Era enorme, con tonos turquesa, un escritorio, con un portátil, un balcon allá, una cama con muchísimos cojines rosados y turquesas, un baño para mí sola, un sofá con una pequeña mesita de roble, y un gran póster de Pas.
-Bueno, ya la irás remodelando como gustes.
-Está perfecta, gracias.- Con un sonrisa me giré y le ví los ojos brillantes, acariciando el marco de la puerta. Me miró fijamente, casí sentí como su respiración acelerada entraba en . Me adelanté un poco, cada vez más, y se fue. Dejando mi autoestima por los suelos turquesa. Desde la cocina gritó:
-Ehh, Rememdor, ¿Qué quieres tomar?
-Un café, por favor.- Pasé hacia la habitación, los cojines perfectamente colocados, el póster como si fuera una ventana que diera a ver la Torre Eiffel. Acaricié con los dedos la colcha, el escritorio... Abrí un cajón, y había un precioso iPod trquesa con un nombre atrás : Recuerdo.
-Eh, Recuerdo ya están tus cafés.
-Genial, ya voy.- Guardé el iPod en el cajón, y cerré la puerta. Entonces, me senté en el sofá de la sala, y trajo una gran bandeja, con muchísimos cafés. Mi cara mostraba extrañeza, pero ansia por saber que ocurría.
-Son 32 cafés.
-¿Porqué?
-Por que son 23 plantas, y el 32 me gusta.
-Oh, y ... ¿Para tomarlos todos?.
-No, son para .-Pasé toda la noche viendo Romeo + Juliet, en un canal clásico de la tele retro, tomando cafés con pastas de frambuesa, y sientiendo en calor del brazo de Rosse sobre mi cuello. Era extraño, pero cada uno de esos 32 cafés, tenía un sabor diferente, una textura, distinta, un sabor exquisito totalmente diferente por cada café que tomaba. Fueron las 23 horas más divertidas desde hace mucho tiempo.

ESTA ENTRADA SALIÓ DE LA CABEZITA DE AMANDA EL14 DE SEPTIEMBRE DEL 2010 CON NOMBRE 32 CAFÉS Y PASTAS DE FRAMBUESA. AINSS.

13 de septiembre de 2010

Se Llama Rosse, y es mi Tutor Legal.

Tengo miedo. Tengo miedo de perder todo lo que tanto me costó conseguir. Tengo miedo a que yo pueda abrir los ojos, y toda mi familia no. Tengo miedo a que me deje magulladuras por todo el cuerpo. Tengo miedo a perder lo que tengo dentro de mí. Acaricio despacio el edredón de la camilla, cuando aprieto los labios, miro hacia la puerta y veo que es mamá. Algo dentro de mí me dijo que sonriera, que ya no estaba sola. Dos semanas. Dos semanas pasaron desde aquel horrible accidente. Sola, con dolores, sin saber absolutamente nada. Se acomodó a mi lado, acariciandome lentamente la mejilla.
- Toda una heroína, eh.
- Mamá, ¿Dónde están?
- Preocúpate por mejorarte.
- Te quedarás conmigo, ¿Verdad?.-Mamá encongió los hombros me sonrió, y me besó en la frente.
-Sabes que no puedo. Pero me he tomado la molestia de mandar tu tutoría hacía la única persona viva de la familia. Nos mantendremos en contacto, ¿Vale?. Te quiero.
-Pero pero, yo ...-Se fué corriendo. Me giré hacía el techo. Suspiré lentamente, No tenía ni idea que tenía, no sabía con quien iba  a vivir, no sabía si seguiría en Pas o me iría lejos. Ahora sonrío. Sonrío como si el mundo fuera una especie de botox que te impidiera a estar triste. Sonreía.


 Un mes ahí metida, los médicos hablaban de SCALM. Situación Cercana a La Muerte. Me hize una promesa a mí misma. Nunca más iba a recordar aquello. Iba a vivir con un completo desconocido, en una casa completamente extraña, y lo único bueno, Seguiría en París. Una pequeña maleta rosada con mariposas turquesas de terciopelo, con unas pocas mudas para pasar las primeras semanas. Luego volvería y recogería lo demás. Acariciaba las maripositas con anelo, y rebuscaba la sudadera que compré en Disney. Era tan cómoda, tan bonita. La miraba con recelo. ¿Esto era lo que obtenía a cambio de toma mi familia?. Decidí no pensar en eso. Nueva vida, nueva casa, nueva Remember. Sentada en el bordillo, en la puerta trasera del hospital, esperando a el que llamaban Rosse. Era un mote, sí, no sabía su nombre. No sabía mucho de él, solo que vivía solo, en un apartamento grande en el centro. A dos horas de dónde vivía anteriormente. Sonreía. ¿Cómo sería? Dejé volar mis suspiros, mi pelo anaranjado revoloteaba detrás de mis orejas, dejando ese olor de frambuesas del champú que compré días antes en el súper
- Tú eres, ¿Remedios?
- ¡¿Quién?!
- Oh, lo siento, yo soy Rosse. Tu ... Tutor. ¡Joder que mal suena!.-Me permití el lujo de repasarlo de pies a cabeza. Unos zapatos deportivos desgastados,  de gran marca. Unos shorts bastante lujosos, pero le quedaban ajustados, demasiado ajustado. Su camiseta larga, y con mangas largas. Su pelo Anaranjado rizado, hacia atrás dejaban ver sus ojos verdosos grandísimos, una sonrisa bastante grande, es decir una enorme boca. Su nariz respingona y pequeña. Debería tener unos 19 años. Y sí, era altísimo.
-Yo soy Remember. Y seré la adolescente que te dará la lata durante varios meses.
-¿Remember?, Eso significa ...
-Recuerdo.- Nos reímos al unísono, era bastante gracioso, y hacía que me riera con cosas que, antes me hubieran hecho pegarle una paliza a alguien. Conducía sin cuidado, con un Stratburgs de frambuesa en el reposa-vasos.  Un atrapa pesadillas en el espejito, que hacía un chasquido que me ponía nerviosa. Muy, muy nerviosa.
-Bueno, Remecilia, Cuentame algo de .
-Ejem, Remember. No hay nada que contar. Perdí mi familia, y ahora tengo que vivir contigo. Supongo que mi madre ya ...
-Sí si, no te preocupes. Sé que eres alergíca al chocolate. Así que nada de chocolate.-Sentí como mis ojos salían de sus órbitas, y mi cara mostraba un signo de terror. Amo el chocolate.-¡Ja ja ja ja! Tranquila, era broma, he oído que te gusta, así que te he traído esto.- Me ofreció una tableta de Estratamberssa. Una de las marcas más caras, deliciosas, y más viciosas del mercado. Un gritito de alegría hizo que me sonrojara.
-Gracias.
-Llámame Rosse, Recember.-
Era un chico simpático, alegre, y muy ... cachondo. ¿Hay que decirlo, no?. De lo poco que lo conozco, sé que se llama Rosse, y, es mi Tutor Legal.



-Y, Gracias por las que me han apollado a superar esta crisis. Sobre todo tú, Andrea García. ¡Gracias!




Esta entrada salió de la cabezita de Amanda el 13 de Septiembre con nombre de Se Llama Rosse, y es mi tutor Legal. Ainss.

1 de septiembre de 2010

El Camino más Allá de Los Tulipanes Rojos.


Haber tranquilízate, Remember. ¿Cuántas posibilidades puede haber de que te hayas quedado embarazada?. Mientras me lo repetía una y otra, y otra vez más en la  cabeza, decidí conectarme al Messenger. No había nadie conectado, de los quinientos y pico, nadie conectado. ¿Sería porque eran las cinco de la madrugada, de un Miércoles?. No quería pensar. No quería vivir. Simplemente quería garabatear en un folio, y después dejar que el agua de mi vaso, se comiera toda la tinta, dejando un puñado de papel mojado, y el agua negra, a causa de la tinta morada. Miraba fijamente el vaso, como si pudiera levitarlo en el aire con un simple susurro. Sonó el despertador. Las siete en punto. Llamaron a la puerta. Era Nicolás.
-Oye, em Remember. He estado observando, que, bueno que estás un poco distante, tirante quizás conmigo.
-Tranquilo, es que he cambiado bastante, ¿Sabes? Y...
-Quiero que vengas conmigo a un Lugar. Seguro que, en cuanto vengas verás las cosas de otra forma distinta.
-De verdad que no hace falta Nicolás.
-De pequeña te gustaba mucho visitarlo ...-Pensé, ¿Y si voy, y me suicido cuando vuelva? Sería cobarde. Pero no puedo negar, que me hacía ilusión ver esa "Sorpresa". Me vestí con un trajecito primaveral, unos botines negros, y dos trenzas. Fuí corriendo y con media sonrisa, me subí al coche con Nicolás. Ya tenía carnet, ya que vivió varios años de su vida en América, De hay, su extraña mezcla al hablar. No conjuga bien el Español, y eso se me hace gracioso. De pronto, con horror. Violette, Mi papá, Priscila, Joel También venían. ¡Horror!. Miré con desprecio a Nicolás, y con gesto, lo entendí "Se me han pegado". Llegamos entre el varullo de Violette con su manicura. Entonces, Llegamos. Ví asombrada, ilusionada. Estábamos en DisneyLand.
Ostias!. -Pronuncia ilusionada Violette.- Esto es magnífico. ¡Genial!.
La tarde, fué bastante entretenida. Casi no recordé lo del embarazo. Bueno, si se le puede llamar "Embarazo.". Crepés, cafés, muffins de almendra ... Todo era genial. Entonces, llegó la hora de marcharse. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Me había dejado la La chaqueta turquesa que me había comprado, en la cafetería del lugar. Estábamos casi en casa, casi, solo unas manzanas más. A la familia no le importó volver, ya que quedaban 30 minutos para que cerraran el parque. De Pronto, todo estaba borroso. Muy, muy borroso. Cuando, lo veo todo desde fuera del auto. El coche está destrozado, varios árboles traspasan las ventanillas, El lugar está oscuro, con niebla. Me traspaso los dedos por la cara, por la barbilla, por el tórax, muevo las piernas, estaba bien, intacta, perfectamente. De pronto la risa de Joel. Estaban todos recorriendo un camino de tulipanes rojos hacía una luz, Un luz cegadora, al más allá de los tulipanes. El coche desapareció, dando lugar a un campo de más tulipanes. Ellos se marchaban, pero la luz brillante de los tulipanes, la caricia de la brisa, me atrapaba y me obligaba a quedarme allí, solo para acariciar el pétalo de cualquier tulipán. Me prometí a misma que les seguiría luego, que me daría tiempo a acariciar un pétalo un simple pétalo, y Seguir a Nicolás, Violette, Priscila papá, y Joel hasta el valle de más allá de los tulipanes. Estaba todo tan cálido, tan brillante ... Entonces, lo . Me levanté despacio, ya no estaban. Estaba sola, y poco a poco el campo se hacía más y más grande, dejandome sola, en la nada. Intenté gritar, correr, huir. Pero, ¿De qué tenía que huir?. El pánico me hizo presa. Poco a poco, sentí como los musculos se debilitaban, y caí al suelo. Como  fotografías externas, todos los recuerdos, pasaron por mi cabeza, hasta llegar al mismo día en el que nací. Era como un montaje, todo seguido, mediante fotografías viejas, como un álbum de recortes de más de 50 años... En mi mente. Todo estaba en mi mente. Poco a poco , abrí los ojos. Ya no oía la risa de Joel, Ya no oía el raspar de las abejas buscando miel en los tulipanes, Ya no oía mi respiración. No oía nada, solo una voz, cálida, pero mis oídos estaban a revosar de sangre, Podía sentir el bumbum en mis tímpanos, Pero hablar, se me hacía imposible. Volví a oir.
-Remember, eh, Remember, ¿Puedes oirme?, ¿Eres Remember verdad?. -Una voz cálida, suave.
-, soy Remember.-Luego me desmayé.

Y Esta entrada salió Gracias a tí, Hermana. ¡Gracias!
ESTA ENTRADA A SIDO INVENTADA POR AMANDA EL MIERCOLES 1 DE SEPTIEMBRE, CON NOMBRE DE EL CAMINO MÁS ALLÁ DE LO TULIPANES ROJOS.  AINSS