21 de marzo de 2011

El comienzo de noventa y dos días y veinte horas.


-¿Lo sientes? Enserio... Es que te cautiva, ¿eh Mijita?.-Agarrados del brazo deambulábamos por las calles rodeados de florecillas color encarnado, niños con algodón de azúcar, manzanas de caramelo, y toda clase de puestecillos donde comprar viejos recuerdos.
-¿El qué debo sentir?.-Devoré de un mordisco la nubecilla bañada en chocolate, que, había dejado su rastro en mi nariz pecosa. 
-La primavera. Está ya bajo nuestros pies. 
-Eh, Rosse. ¿Sabías que la primavera consta de noventa y dos días y veinte horas, exactamente desde ahora?.-Nos miramos fijamente,  tras sus gafas de aviador, se escondían los ojos brillantes.
-Pues eso solo puede significar una única cosa...-Con curiosidad lo busco con la mirada, pero esas malditas gafas lo ocultan. Agarro su cara caliente con ambas manos y me acerco a su cara, acariciando mi nariz con la mía. Lo beso en la mejilla, le acaricio el pelo y suspiro.-...Mijita, eso sólo puede significar que, tenemos noventa y dos días y veinte horas para que esas florecillas digan adiós.
-Pues, yo creo que significan otra cosa... Yo creo que significan que tengo noventa y dos días y veinte horas para amarte hasta que llegue el verano.
-Y cuando llegue el verano... ¿Qué?.-Le sonrío complaciente, le agarro la mano y giro a su alrededor.
-Cuando llegue ese 22 de Junio... Tendremos otros muchos días para querernos igual.-Las luces se apagaron, y los fuegos artificiales cosquilleaban en nuestras pupilas ardientes. Lo agarré por el brazo, y lo amé profundamente esa noche, ese veintiuno de Marzo, cuando unos noventa y dos días y veinte horas, se convirtieron en un puñado de besos, caricias, y flores encarnadas entre mi abrigo negrizco, y su pelo encrespado.

12 de marzo de 2011

La Posdata es la parte más importante de la carta.


¿Qué tal todo?
¡Ey Jhon!
Hoooooooooooola...


¿Cómo se podría comenzar una estúpida carta?
Más de ocho millones de papelitos tachados revolotean por mi escritorio. Resoplo, y grito de furia y exasperación. Ya ha pasado casi 17 días desde su marcha, y aun no le he escrito nada. Ya sé que debería esperar la suya, pero sería demasiado doloroso para ambos que, tuviera que responderle con un "Lo siento pero estoy con Rosse".
"Puf, puf puf"
Llaman a la puerta. Hago una pelotilla con el papel número tropecientos, y me dirijo hacia el ventanal. Sonrío.

-¡Hola pequeña! ¡Mira que estás perdida, eh!
-Hola Cris, me alegra verte.
-¿Qué haces?.-Muestra una cara de asombro, acaba de ver escrito el nombre de Jhon en una de las pelotillas. 
-Es... Bueno son intentos de cartas... Eso se me da de pena, enserio.-Suspiro. Me guiña un ojo y levanta el dedo pulgar, luego salta y, revoltosa, grita:
-¡Demasiado fácil!. Déjame ayudarte, por favor, por favor.-Pone morritos y junta las dos manos mientras se arrodilla. Me mira a los ojos e imita los ronroneos de Luis, el gato de mi vecina.
-Bueeeeeeeeeeeno, pero algo sencillísimo , ¿Eh?.
-Si, si si, claro, tú déjalo en mis manos. Y, no la leas hasta que me vaya, ¿Entendido?.

El crepúsculo no se esmera en aparecer, Cris, se marcha contenta, felíz. Pero, antes de cerrar la puerta tras de ella, se gira, me besa la frente y me sostiene el mechón de pelo, cuando me lo coloca tras la oreja, y me dice :
-Prométeme que si no te llega respuesta, no te entristecerás.-Suspiro, empiezo a cansarme de tantas promesas.
-Que si... Anda, márchate que pronto va a oscurecer.
-¡Adiós mijita!
-Adiós pequeña.- Cierro la puerta con un resonante portazo. 
  
  Me tumbo en la cama, que parece quejarse con un sonoro chirrío.  Estiro el brazo, y arrastro la carta hacia mí. Abro el sobre con cuidado, sin estropear el delicado lazo turquesa que lo rodea. Comienzo a leer en voz alta.

Para el viajante sin destino :
No todo tiene sentido. Cuando algo ocurre sin más, es por que algo está apunto de cambiar, como si eso de lo que siempre estamos dispuestos a hacer, ahora lo vemos del todo complicado.
Puede que esto sea una mala racha. O simplemente es un final sin conclusión aun escrito. No intentemos escribirlo nosotros, porque sería desafiar al destino. No pretendamos viajar contracorriente, porque iríamos a la deriva. No tratemos de fingir que todo va bien. Espero que mis palabras hayan desordenado tu conciencia, ya que, sino más, era lo que pretendía. Espero que te vaya bien allá donde estés. 

                                                                                                              Con amor, Remember.

PD: Te quise, te quiero y te querré siempre.

9 de marzo de 2011

Aveces cruzar los dedos no es suficiente.


Sería tan fácil echar a correr, salir volando...
Sería tan fácil volver la cara, y marchar. Pero hay algo que me impide marcharme con él. Avanzar rápido, sin mirar atrás, ni lo recuerdos que he ido desperdigando, agarrando, e incluso olvidando por ahí. Eso sería lo fácil. Pero, entonces, abro los ojos y lo veo. Tengo su sudadera colocada, su cintura atrapada por mis brazos flacuchos. Quizás más tarde... Pienso. 
Jhon es mi otra mitad... O quizás lo sea Rosse, el que ha compartido todo a cambio de nada.
Y, es que sería tan fácil salir corriendo.

Olvidarlos a ambos, una vida nueva, sin tachones. Sin Jhon, sin Rosse. La mímina idea que revolotea por mi costado, hace que me estremezca. 
-No quiero enamorarme.
-Nadie te obliga Mijita...
-Sabes que me acabaré enamorándome, como siempre...
-Hagamos esto, Rem. Mírame a los ojos, y júrame que no te enamorarás de mí en ningún momento. Ni un poquito.
-Qué creído lo tienes tú, ¿No?.
-Prométemelo.-Me observa serio, algo distante.
-Lo prometo.-Tras mi espalda, los dedos juguetean, pero algo ocurre. En un ligero lapsus, mis dedos se cruzan entre sí. El índice con el corazón. Un lazo perfecto. Entonces, pienso : Promesa rota.
Suspiro, lloriqueo y vuelvo a suspirar. ¡No quiero enamorarme!. Vete de mí, ansias de Rosse. Vete de mí, recuerdo de Jhon. Querida libreta... ¿Qué debería hacer?. Él solo está en mis fotos, no responde a mis llamadas... Mientras, el pequeño Rosse... No, no. Y la cuestión es que...
¡No quiero enamorarme!.

-¡Apresúrate!.-Las gotas frías, deslizan en nuestras caras. Su pelo casi anaranjado brillan con la humedad. Bajo un viejo techo de tela, donde hace años jugaban pequeños niños, nos acercamos poco a poco, hasta que nuestras narices se convierten en una totalmente independiente. 
-Parece que no va a cesar este chubasco, ¿eh?
-Tus ojos brillan más que nunca.-Digo alucinada, con la belleza de su rostro frío. El beso nos hundió como en un sueño demasiado corto como para que pasasen las horas. Poco a poco abrí los ojos. Y, es que es tan fantástico ver a el chico que te gusta entregado a ti, besándote con ternura... Es increíble.
-¿Qué pasaría si me hubiera enamorado de ti en tan solo 23 horas?
-Que hubieras roto nuestra promesa Mijita.-Me muerdo el labio, recuerdo que crucé los dedos.
-¿Y qué más da?.-Agarro su pelo con mis dedos hundiendo mis manos bajo su espeso pelo anaranjado y frío.
-Parece que el sol ha vuelto.-Miramos atónitos hacia el arco iris que revolotea en nuestras pupilas.
-Precioso...
-¿Rompiste la promesa?
-...¿Y tú?
-Remember, rómpelo todo dentro de mí, menos mi corazón, porque romperías algo que es tuyo.Completamente... Tuyo.