24 de febrero de 2011

Jerséis, bufandas y poco más.

La ventana es una puerta que da a conocer el mundo de la noche. Cierro los ojos con fuerza, e intento tragarme una lágrima. Cierro el puño, rabiosa, con un llanto tenue. Abro los ojos, el mundo está turbio. Me froto los ojos. ¿Por qué ahora?.
















-Quiero que me abraces. Quiero que tu olor se quede grabado en mí, quiero que tu brillo sea un trueno en mi pecho. Te puedo decir muchísimas cosas que quiero. Y una que no quiero que suceda, jamás.
-Eres tan bonita...-Doblaba su ropa, y la guardaba en su mochila de cuero.-Cómo brilla nuestra alianza, ¿eh?.
-Nuestra cestita de picnik, tu broche, mi abrigo negro como la noche...
-¿Como la noche que nos espera?.
-Sí, la última.-Me aferro a su cuello con ambos brazos, me niego a dejarlo ir. Millones de fotografías en blanco y negro, un sillón color berenjena, y muuuuuuuchos recuerdos que, están compartiendo sitio junto a sus camisetas de series animadas. 


La playa estaba cálida e indiferente ese día. Varias conchitas de colores nadaban en la orilla. En un cubo rosado, agarrados de la mano, cogíamos las más bonitas. Besos, marea y mucho amor. Mucho amor, casi tanto, que el mar golpeaba nuestros cuerpos al son de nuestros latidos compartidos. 





Ese beso en esa heladería tan dulce. Ese beso a sabor del chocolate. Ese beso que marcaba nuestra primera quincena juntos. Querida Libreta... Viendo estas fotografías, pienso ¿Podré soportar su marcha?.









La mañana acaricia nuestros cuerpos, revolcados y derrivados a la oscura deriva. 
-Buenos días princesa, no he dejado de soñar contigo.
-Eres un tipo muy cursi.-Pero es mi tipo cursi, mi chico de mirada chispeante, de labios carnosos, y de ojos verdes. Sí. Es mi Jhon, y nadie podrá hacerme sentir, lo que él un día hizo nacer. Y, aunque se marche... Ese brillo, ese calor... Siempre estarán en mis palmas, en mi cabeza. Esa calidez, siempre permanecerá en mí, muy muy dentro de mí. Porque el siempre será mi Judas, y yo su pequeña santa.


Y como yo soy la dueña de esta ridícula libreta,  lo dejo aquí. Y sé que este 24 de Febrero dará para muchas entradas. Porque el 24 de Febrero, las miradas chispeantes se esfumaron como se podía haber esfumado la espuma en un baño caliente. El se había ido.  Para
siempre.

4 comentarios:

  1. Ohh, que bonito, y a la vez tan triste, hasta es derramado una lagrima, que duro, joder, escribes genial, me siento identificada con cada palabra que escribes, es como ver escrito mis sueños, es una sensacion agradable, y chica, no tengo nada mas que decirte, a parte de que, jamás dejes de escribir, porque tus palabras alegran el dia hasta a la persona mas desgraciada del mundo;)
    Un beso y un abrazo muy fuerte desde Canarias<3

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  2. Oh, Gracias Elisa, eres muy dulce al molestarte a escribir eso. Un beso desde Alicante <33.

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  3. Que entrada más enternecedora. Te comprendo yo también tuve que decir adiós alguna que otra vez ...

    Un beso.

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  4. Jaja sin duda es horrible eso de las despedidas.
    Otro para tí.

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