
-Volverás, dime que volverás Aitor.-El dolor rodeaba el aire. Todo estaba tan neutro, que Sam se acomodó con Justin.
-Sabes, ¿Sabes por qué volveré?.
-¿Por qué Volverás?
-Por que te quiero, y la distancia no va a cambiar eso.- Él agarró su cara con ternura y empezó a besarla repetidamente por su mejilla.
-Y, ¿Sabes porqué te esperaré?
-Dímelo, Cris.
-Por que te quiero, y la distancia ni va a cambiar eso.-Ambos se rodearon con los brazos, como si separarse, o moverse suponiera el adiós persistente.
-Déjame ir contigo, por favor, por favor, por favor...-Ella bajaba cada vez más y más la voz, susurrándole con la mirada, suplicándole con los besos.
-Tienes que quedarte y acabar tus estudios. Volveré, ¿De acuerdo? Te juro que volveré. Y, ¿Sabes por qué?.
-Por que la distancia no podrá con esto...- Dijeron a la vez, tan suave y bajito que hacía que el viento fueran moscas murmullantes, que se introducían por las orejas, y te dejaban ese orible sonido en el cerebro. ''Porque esto es para siempre, y siempre y siempre... ''. Se repetían el uno a otro entre lágrimas, lágrimas de dolor, y rencor hacía la fría despedida.
-Oye que ...
-No, No lo digas Aitor, No digas que te tienes que ir por favor, no lo digas.- Ella lloraba sin detenerse, tanto que su cara empezó a ponerse rojiza.
-No es un adiós. Es Un hasta pronto.-El se separa de ella entre empujones, ya que ella no lo dejaba marchar. Entre Justin y el padre de Aitor la agarraron para que Aitor pudiera subir al coche. Ella solo gritaba, y maldecía nuestras vidas. El padre se subió a la furgoneta, y nos dejó a Cris totalmente destrozada, indiferente. Ella empezó a correr tras el coche, gritando que no podía hacerle eso, que ella no se lo merecía. Justin fué tras ella, consigió atraparla, y calmarla un poco.
-Oye Cris que él...
-No pasa nada, estoy bien, de verdad- Dijo secándose la cara, y sonriendo como si fuera el primer día de clase, y hubiera parado de llorar al ver que la madre se había ido. Impresionante.
-Bueno, Vamos a tomar algo, ¿No?.- Dijo. Sonreía, pero sus ojos guardaban tantas lágrimas que permanecieron colorados durante toda la tarde. Cris, era fuerte, o eso quería parecer. Fué un día duro para todos, pero nadie podía calmar el dolor de Cris, nadie podía cubrir ese vacío que solo se puede llenar a base de besos, nadíe podia entenderla. Solo Aitor podía salvarla de aquel duro invierno, de aquel duro invierno que tendría que soportar, sola.