Gritaba como una posesa,
volaba entre saltos en la
cama,
observaba los pájaros bajo mis
pies, las
nubes revoloteaban y
jugueteaban entre los
dedos de mis pies. La
brisa primaveral
acariciando mi nuca,
riendo,
volando. Saltando en la
cama, dejando que la
leche condensada cayera al
vacío junto a los
rabillos de las
6 fresas. Dejando que el
parqué absorviera su
jugo.
Saltaba,
volaba. El
mundo era
mío, solamente
mío. Esa
sensación era
sin duda la
más mejor del
mundo.
Saltaba al ritmo de los
cantos de la vecina de
arriba. Era
sábado, e iría a darle una
¡sorpresa!, a
Jhon en su
casa. ¡
No quiero que este sentimiento acabe
nunca jamás!.
Pobre de mí. No sabía en
absoluto tooooooodo lo que me esperaba ese
24 de Abril. El
desayuno me hizo
volar aún
más y
más alto.
Violette había hecho
Creps de
queso con
chocolate fundido, y
jugo de
Guayaba.
Galletitas de
chocolate,
ositos de
gomita de varios
colores (Menos el amarillo, ¡Odio el osito de gomita amarillo!), y
leche desnatada. Me comí
todo con
regusto, con ganas de
exprimir ese día como nunca
exprimí nada. Me vestí con unos
shorts vaqueros rajados, y una camisa
larga de
rosas y
lilas. Me recojí el
pelo con un moño
mal cogido, y una
chancletas del
tiempo.
Saltaba,
cantaba,
jugaba con
Doggi, el
cachorro de
Marissa, la vecina de la
izquierda. Le llevé
galletitas de chocolate a
Jhon en un tapper,
recién hechas para
compartirlas juntos. Mis
ojos brillaban como un
millón de enanas
lucecitas. El aire
exprendía un olor
dulce ese día. Un
olor que
jugateaba con los
5 sentidos. Un
olor, que al parecer solo
percibía yo. Llamé con
energía, esperando un
beso, un
abrazo ... Pero
no. Sí, abrió
Jhon, pero con una cara de
susto. Totalmente
despinado,
agotado ... Estaba
apagado. Intenté
subirle el ánimo con las
galletitas pero solo me dijo:
-Estoy cansado. Por favor, ¡Que no eres nada para mí!, Así que no te ilusiones, ¿Vale? Solo fué sexo!.-Cerró la puerta de un portazo, que hizo que me quedara inmóvil delante de la puerta. El portazo resonaba, y resonaba en mi cabeza. Las galletas desperdigadas por el suelo, Mi cara envuelta en lágrimas que me ardía en el alma. Estaba rodeada de llamas. Corrí hasta casa, Cerré de un portazo la puerta de la habitación, Y me desplomé lentamente sobre el colchón, dejando fluir las lágrimas. ¿Imbécil?, No no. ¿Estúpida?, No no. Inocente. Sí sí. Inocente, ingenua, Pequeña. Muy, Muy pequeña. Sin duda, El día más mejor de mi vida, fué a pasar a El día más peor de mi vida. Horrible.
- ¡Remember!, Baja, Alguien a venido a verte.-Por un momento me temblaron las piernas. A lo mejor era él, que venía a pedirme disculpas, y a regalarme un coche fucsia, o algo por el estilo. ¡Pumba! No era él. Si no la persona que menos deseaba ver en este momento.
-¿Nicolas?.-O quizás, si necesitaba un poco de amor ...
ESTA ENTRADA SALIÓ DE LA CABEZITA DE AMANDA CON EL NOMBRE DE MÁS INOCENTE QUE NINGUNA. CON LA HORA DE 12:56 am AINSS!
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