3 de noviembre de 2010

D e s p é i n a t e & D e s p é i n a l e :)























El alféizar elaboró un cosquilleo en mi mentón. Las rodillas inclinadas sobre la cama, las manos sostienen mi cabeza sin vida, sosegada. El pelo huele a fresas en un día lluvioso. Se resbalan por mi cara, con un rostro encelado. Los ojos me brillan, tanto que tengo que frotarme bruscamente. El me está observando desde su habitación, a solo trece pasos de mi puerta. El vaho no me deja observar su gesto, exactamente similar al mío. Su palma acaricia el cristal, y aunque comienze a ponerse morada, no la aparta. Tú tampoco. Estás a trece pasos de él, pero sientes aún el calor sobre tu palma. Empieza a rugir hacia el crital. No logro ver su cara, está escribiendo.
je t'aime.
Quiero responderle, quiero escribirle lo mucho que siento por él. Pero mi mano está entrelazada con el tiempo, y no permite apartarla. Mis rodillas empiezan a doler, pero no me importa. No me inmuto. Su calor baila en mi antebrazo. Muchos niños juegan ante la atenta vista de nuestras palmas. No les importa la escalofriante neblina blanca, no les importa el horrible frío. No les importa el futuro, viven el presente. No oigo nada, solo el latido de mi corazón. En mi oreja izquierda oigo otro latido. Compaginado con el mío. Él sonríe. Oye lo mismo que yo. Separa su palma, y de nuevo sientes frío. Ese latido desaparece. Él cierra las ventanas y se despide con un beso de esquimal en la ventana. Algo me dice que me quede, que no me mueva lo más mínimo, que va a regresar, y si me voy ahora, no lo vería. No vería su tez blanca, tan blanca que la niebla juega con su rostro, haciéndolo desaparecer. Llaman a la habitación. Mi corazón no se oye, solo oigo otro, otro que su dueño ha dejado con mi custodia. Giro el pomo, lentamente. Sé que es el. No sé como, pero algo me lo dice. Silencio. Solo oigo su pequeño pestañeo exagerado. Me acaricia la palma, y me lanza sobre la cama. Su mano cálida penetra bajo mi camisa. Su mano juguetea con el lazo de mi sujetador turquesa. Me siento cómoda, tranquila y cálida. Sus movimientos pélvicos me hace enloquecer. Entonces, algo me dice que pare. Basta, huye, corre. Me aparto y me siento con la espalda apoyada en los pies de la cama. Me cubro la cara con las palmas, no sé que me a ocurrido, sé que quiero, pero esa voz me taladra la cabeza. Él se ríe.
-Rompí mi promesa, lo siento. Te he tocado más de la palma.-Restregas el brazo de la camisa por toda la cara, estoy tan colorada, que el rosado solor de sus mejillas compagina con mi cara,  hinchada.
-Lo siento Jhon.
-Te quiero mucho. Te quiero, y no sabría como expresarlo. Estuve haciendo una lista para hacer en estos 18 días. Y no encuentro nada que valga lo suficiente como para que me perdones.-Me lazo en su hombro. Mi palma derecha separa nuestros pechos. Siento su respiración. Cierro los ojos, y los entorpezco, para que esa cautiva lágrima vuelva dónde tenía que estar. Sus dedos juguetean con mis pómulos. Rio, rio como si reir fuera el punto y a parte.
-Sabes que con tenerte ya me basta, Jhon, ¿Verdad?.
-No, no quiero que digas eso, ¿De acuerdo?. Te debo los mejores 18 días, 432 horas, 25920  minutos, 1555200 de segundos de toda tu vida.
-¿Los has contado?.
-Bah, no es exacto. ¿Te digo lo único que es exacto en esta habitación?
-Adelante.-Le ruego con los ojos, le doy la entrada con la nariz, le beso con los labios.
-Tú. Tú, tú, tú ... Tú. Tu manera de recojerte el pelo, Tu manera de romper la tableta de chocolate en trozos tan pequeños que casi no puedes saborear, . Tu manera de mirarme a los ojos sin miedo a nada. . Tu forma de caminar por el parque sin pisar las gotas de agua, y aunque sea imposible, tú lo haces posible. . Tu estructura perfectamente formada. . Tu pelo anaranjado, que con esta neblina parece más chispeante que nunca. .-No puedo responderle. Mi expresión habla, y no me deja responder. Acerco sus nuca contra mí con ayuda de las manos, y él se estremece. Las tengo demasiado frías. Él recorre mi espalda hasta dónde ella misma pierde su nombre. No quiero perderlo, y sé bien que eso es un probabilidad demasiado grande.  Él es perfecto, y yo como chocolate en forma milimetrada.
-¿Sabes lo que tengo preparado para ti, Remember?.
-¿Qúe?. Intento hacer lo que parece que él lo hace por arte divino. Intento leer sus ojos profundos como un acantilado rocoso. Pero solo encuentro más preguntas. Me rindo. Él prosigue.
-Quedarme contigo toda la tarde, contigo y esto.
No puedo decir que no me gustara, me encantaba. Pero la cotilleante idea de saber cómo descubrió mi locura hacia esto. La tormenta seguía, a ritmo de la película, y los pequeños mordisquitos al chocolate.
Tim Burton, manta polar, kilos y kilos de chocolate, y el hombre perfecto a mi lado. Sí, podría decir que esos instantes de felicidad  se me hicieron tempranos. Sí. Podía decir que sentir su calor contra mi pecho era extraordinario. Y por un momento, me siento una chica normal de 15 años vividos, a ser la chica más feliz en toda la Tierra, porque Jhon, es mi chico con mirada chispeante y eso, nadie lo puede prohibir.





-Y después de nuestra cita con Tim Burton, palomitas de mantequilla de maíz, besos con sabor salado, y muchas confidencias mudas, El corazón de Judas pasó a ser el corazón de mi chico de mirada chispeante. El único, y verdadero. Gracias.

6 comentarios:

  1. Me encanta la recopilacioon de tu bloog!
    Te sigo! pasa por el mio si quieres.
    pesonelof.blogspot.com

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  2. :O mencaanta!
    te sigo!! si quieres pasate por mi blog, literaturate-tublogliteraio.blogspot.com ;)

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  3. Precioso! :)
    Quieres pasarte por mi blog y hacerte seguidora? Yo ya soy seguidora tuya... :)
    Un beso!

    http://ladamalobuna.blogspot.com
    http://eldiariodekirta.blogspot.com

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  4. Os sigo a todas chicas (L) MIL GRACIAS!

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